
"Yo no quiero que mis hijos pasen las dificultades y penurias que yo pasé...por eso trato de darles cuanto esté a mi alcance". Palabras más, palabras menos, esta frase, que refleja un modo de pensar, un "mapa" de la vida, la hemos escuchado muchas veces y en las más variadas circunstancias.
Un número considerable de inmigrantes que llegaron sólo con su voluntad de salir adelante y su compromiso con la vida, lograron estabilidad económica y en muchos casos fortuna, a base de grandes esfuerzos y sacrificios. Y como ellos, muchos venezolanos de origen, con parecidos esfuerzos y sacrificios, han logrado levantar un patrimonio.
Unos y otros han procreado hijos.- Y en aplicación y desarrollo de la filosofía de vida reflejada en la frase con la que comenzamos este escrito, han dado a sus hijos comodidades que ellos no tuvieron, haciéndoles más fácil y suave el proceso de crecer, estudiar, desarrollarse como personas, y hasta formar pareja y establecerse en la vida "por su cuenta"....lo que es una manera de decirlo pero no tan cierta como parece.
Desde vacaciones frecuentes y estupendas como Disney World, "tournèes" a distintos lugares incluída Europa, televisión por cable en su habitación, atari, viedo-juegos, play station (en sucesión de moda), fines de semana 'full diversión', dinero suficiente para discotecas, cafés de moda, conciertos pop, hasta automóvil 'para ir a la Universidad' y, por supuesto, salir con la chica o el chico de turno.- Y después, apartamento de regalo para la boda, y pare de contar.
No podemos extrañarnos, entonces, de que en las dos o tres últimas generaciones haya tanto muchacho que desconoce el valor del esfuerzo, del trabajo organizado, de la constancia, y que no entiende que no le den todo lo que pide, lo que encuentra que se merece lógicamente.- Si su 'mapa' de la vida, sus marcos de referencia, se formaron a base de recibir facilidades de toda índole, sólo puede esperarse que practique el facilismo.
Esto quiere decir que hemos estado formando muchachos que desconocen el verdadero valor de las cosas; porque el verdadero valor proviene del esfuerzo que se haya puesto para lograrlas. El verdadero valor de cada cosa obtenida está en la honda, profunda y gratificante satisfacción de haber logrado lo que se anhela, a base del esfuerzo, y aún el sacrificio.
Más aún: El desarrollo pleno de la personalidad es fruto directo del esfuerzo orientado por un propósito claro y definido y una voluntad aplicada sin desmayos; sin esto no hay desarrollo pleno.
Esto nos lo enseña toda la naturaleza.- Recientemente ha circulado por los correos electrónicos una especie de fábula que nos da una lección valiosa sobre esta cuestión: En síntesis, un hombre percibe que se ha abierto un pequeño orificio en un capullo de mariposa y observa que el animal hace tremendos esfuerzos para seguir abriendo el hueco y poder salir; generoso, el hombre termina de abrir el capullo y la mariposa sale; pero su cuerpo aún no es fuerte ni sus alas están listas, y como se le negó la oportunidad de aplicar esfuerzo a su proceso, nunca terminó de desarrollarse ni pudo volar!!!
Dr. BERNARDO AGUILERA BALLESTEROS - Presidente de AVAT CONAT
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